martes

Conclusión crepuscular

Conclusión crepuscular
El reflujo del día me ha traído 
otra vez a la playa de la casa. 
Baja ya la marea del cansancio, 
vuelvo cuando es pabilo la jornada. 

Se repite el oficio de estar vivo, 
jugador siempre de la misma baza: 
Trabajo, amor, tristezas y alegrías 
que un frágil hilo de costumbre hilvana. 

Se fueron los mayores y quedaron 
imborrables estelas de sus barcas 
en este viejo mar de la memoria 
al que consuela un faro de nostalgia. 

Y quedamos nosotros, como ellos 
se quedaron después de que marcharan 
sus mayores también. Y nuestros hijos 
es la generación que ahora aguarda. 

Amémonos, cantemos esta tarde 
que se va yendo, que nos da la espalda. 
Exprimamos el gozo de estar vivos 
mientras que el tiempo a ciegas nos arrasa... 

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