Echale un vistazo a esa mariposa - Poemas de Anibal Rafael Gamarra
Echale un vistazo a esa mariposa
No te nos mueras, papá;
no olvides que te necesitamos tu esposa
y tus seis hijos pequeños.
Ya cierra el taller, que las sombras
van borrando los colores de las cosas.
Da ya paz a tu enfermo corazón;
deja de lidiar con los clientes...
No des la vida por cumplir un deber más,
que ya no es tu obligación.
Ven a mirar el ocaso,
los arreboles que a lo lejos se muestran,
y échale un vistazo, viejo,
a esa mariposa tan rara.
Porque endurecieron tu corazón y tu mirada;
porque treinta años de tu vida te quitaron.
No es mucha la aventura que contigo vivimos:
una vez nos llevaste al circo,
otra vez hasta el alto cerro caminamos;
somos de estirpe silenciosa y hosca.
Endulza tu corazón y dí a tus hijos
las palabras que sabes, aunque llores,
como ahora estoy llorando
a la edad de tu muerte. Ven a mirar
los arreboles postreros de la dura jornada.
Y échale un vistazo, viejo,
a esa mariposa tan rara...
no olvides que te necesitamos tu esposa
y tus seis hijos pequeños.
Ya cierra el taller, que las sombras
van borrando los colores de las cosas.
Da ya paz a tu enfermo corazón;
deja de lidiar con los clientes...
No des la vida por cumplir un deber más,
que ya no es tu obligación.
Ven a mirar el ocaso,
los arreboles que a lo lejos se muestran,
y échale un vistazo, viejo,
a esa mariposa tan rara.
Porque endurecieron tu corazón y tu mirada;
porque treinta años de tu vida te quitaron.
No es mucha la aventura que contigo vivimos:
una vez nos llevaste al circo,
otra vez hasta el alto cerro caminamos;
somos de estirpe silenciosa y hosca.
Endulza tu corazón y dí a tus hijos
las palabras que sabes, aunque llores,
como ahora estoy llorando
a la edad de tu muerte. Ven a mirar
los arreboles postreros de la dura jornada.
Y échale un vistazo, viejo,
a esa mariposa tan rara...
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